Algunos líderes cometen el error de buscar gente similar a ellos para no tener disonancia. Buscan formar un equipo donde todos piensan en la misma dirección. No podemos ser especialistas en todas las disciplinas, la clave reside en formar un equipo multidisciplinario. La variedad de personalidades, caracteres y habilidades es clave para el éxito de una misión.
Formar un equipo con gente diferente, nos ayuda atener un panorama más amplio, porque hay puntos de vista diferentes. Al unirse la capacidad individual de cada miembro se logra sinergía: el resultado del trabajo en equipo es mayor a la suma de los resultados individuales.
El caso de Lincoln
«Team of rivals» (equipo de rivales), un ensayo publicado en el 2005, narra cómo en 1861 el presidente Abraham Lincoln se rodeó en el gabinete de sus rivales en la pugna por la nominación republicana. Abraham Lincoln se rodeó de personas con egos fuertes sabiendo que a veces podría haber tensión. Pero eran las personas más capaces del país.
Estoy seguro que hubo muchas reuniones difíciles y que algunos miembros de su gabinete estaban celosos de Lincolb. Pero, al final Lincoln logro su meta: ganó la guerra, salvó la unión norteamericana y terminó con la esclavitud.
El caso de Jesús
El Señor se rodeó de un equipo distinto a él. Hombres de variadas ocupaciones y caracteres. Jesús lo escogió y los capacitó para una misión. Él maestro tenía confianza en ellos no por lo que eran cuando no lo conocían sino por lo que iban a hacer cuando los transformara de discípulo en apóstol. Ese puñado de seres diferentes entre sí, luego de ser capacitados, llevaron el evangelio del maestro a multitudes.
¿Cual es el reto de tener un equipo de peso pero diferente?
Cuando haya que tomar una decisión, será necesario poner fin a los debates. Esta fue la clave del éxito de Lincoln: entendió que la búsqueda del consenso podía ser paralizante. Si escuchaba a toda la gente de su gabinete, desde radicales hasta moderados y conservadores, no podría tomar una decisión. Con la proclamación de emancipación de los esclavos, les escuchó durante meses. Al final dijo al gabinete: “He tomado una decisión”.
Ojalá y que los líderes cristianos aprendamos a trabajar en equipo con gente diferente a nosotros que podamos creer en ellos y ayudarles a desarrollarse para lograr los sueños de Dios.
Deja una respuesta