Toyohiko Kagawa fue un famoso poeta y reformador social cristiano japonés. Aunque tenía mala salud, vivía entre los necesitados en los barrios bajos y trabajaba en forma incansable para vencer la injusticia social. Su poema: «El trabajo», habla de la fuente de su fortaleza:
El trabajo

(Photo by: Unplash)
Nunca diré que estoy ocupado: aquellos que ayudan a los atribulados deben esperar siempre estar ocupados.
Cristo era tan asediado por las multitudes que no tenía tiempo para comer.
Él dijo: «al que tiene, se le dará más. y al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará». Lo que quiere decir que si no usamos todos nuestros poderes los vamos a perder.
Entonces, también, el problema es que debemos hacer nuestro trabajo de todo corazón; no nos cansamos de hacer lo que nos gusta hacer. Pero lo más importante, nuestro consuelo y fortaleza vienen solo cuando Dios mora en nuestras almas trabajando junto a nosotros.
No importa qué trabajo hagas hoy, trabajarás con propósito y fuerza si Dios es tu socio. Él siempre está contigo, ¡esperando que le pidas su fortaleza para terminar el trabajo!
2 Corintios 6:1
Como colaboradores de Dios les suplicamos que no desechen el maravilloso mensaje de la gracia de Dios.
Fuente: Desayuno con Dios, Editorial UNILIT
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