Los golpes del temor pueden ser físicos, emocionales o espirituales, o una combinación de ellos; y es en esos momentos cuando el enemigo, cualquier que este sea, nos causa ese temor que por momentos es más fuerte que nosotros mismos.
Temor
¡No temas, Dios está contigo!
Marco Aurelio decía «Has de ser como una roca en la que se estrellan todas las olas. Ella está firme y el oleaje se amansa en su derredor. No te dejes impresionar por nada». Así debe ser nuestra vida, cimentada en la roca, pero en la roca de Dios que es el único que nos sostiene y nos fortalece.