Posiblemente has perdido tu empleo y te preocupa el sustento para ti y para tu familia. ¿Pero sabes? El Señor, dueño de nuestras vidas es también nuestro proveedor. Él abrirá puertas que nadie puede abrir para ti.
promesas de la Biblia
Hay temores que estremecen nuestra fe
No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Salmo 91.5-6, 9-12 (Reina Valera 1960)
¿Se esfumaron los planes para tu vida?
A veces nos angustiamos y nos desesperamos cuando nuestras esperanzas se desvanecen en medio de las pruebas que enfrentamos, pero no desmayes. Cuando no podemos ni siquiera imaginar cuál será nuestro futuro, Dios no olvida los planes que tiene para nosotros.
Hay heridas muy difíciles de sanar
Todos en algún momento nos hemos sentido heridos y muchas veces esas heridas se instalan en nuestra alma dejando cicatrices abiertas que parece que nunca pudieran sanar. Si te has sentido así, te invito a que reclames las promesas de Dios de guardarnos en perfecta paz. Jesucristo es el único que puede sanar nuestras heridas.
¿No encuentras descanso para tus cargas?
Las responsabilidades que tenemos con nuestras familias y con el trabajo en ocasiones ponen una carga sobre nuestros hombres que pareciera insostenible. Esto es algo que nos pasa a todos, pero Dios en su infinita misericordia nos invita a descansar en Él.
¿Cómo podemos enfrentar la tentación?
Dichoso el que hace frente a la tentación; porque, pasada la prueba, se hace acreedor a la corona de vida, la cual Dios ha prometido dar a quienes lo aman.
Confía en Dios, Él dirigirá tus pasos
Cuando ponemos cada decisión en las manos de Dios, y buscamos agradarle en todo lo que hacemos, esto no significa que los resultados van a ser como esperábamos. Pero de una cosa podemos estar seguros; que si nos derrumbamos no nos quedaremos en el suelo porque Dios nos sostendrá de su mano.