La revelación de Dios ha llegado hasta nosotros hoy a través de varias y variadas culturas de la antigüedad. Esto significa, entre otras cosas, que la palabra de Dios que buscamos interpretar no se originó en un vacío. Al contrario, estas palabras (hago énfasis en lo plural) surgieron de contextos histórico-culturales bien concretos. Dios se revela a través de la cultura y de esa manera el mensaje que propone está bien encarnado en la cultura.
interpretación bíblica
Interpretación bíblica y el contexto histórico
Es imposible hacer una interpretación adecuada de la literatura profética del Antiguo Testamento si no ubicamos a los profetas en su contexto religioso, social, histórico y político. Ningún profeta vivió ni proclamó en un vacío. Todos pertenecieron a una época específica con características particulares. Los profetas vivieron de cerca el devenir histórico de su nación junto con el de las naciones vecinas. Por lo tanto para comprender la conducta y la proclamación de los profetas es clave meterse en su historia, y así descubrir el mundo que dio a luz a estos personajes.
Interpretar la Biblia: ¿arte o ciencia?
El primer paso a dar en esta aventura de interpretar un texto tan rico y poderoso como es el de la Biblia, es reconocer la diversidad interna del texto. Esa diversidad se ve en primer lugar en el tiempo que tardó en formarse lo que hoy llamamos La Biblia. Los textos bíblicos fueron compuestos a lo largo de aproximadamente unos 1200 años. El hecho de que la Biblia no haya sido redactada en un año, ni en cinco, ni en diez, hace que el contenido refleje diversas épocas en la historia y distintos momentos históricos. Por lo tanto, una lectura superficial y llana del texto no es aconsejable. La lectura e interpretación de la Biblia deberá sin duda tomar en cuenta la realidad de que este texto sagrado fue compuesto a lo largo de más de un milenio.