No creo que algo sea pequeño u ordinario cuando lo ponemos frente al lente de Dios, de repente nos damos cuenta que cada momento cuenta, que cada persona (¡aún los malos, acusadores, infames, detractores!) cuenta, y que cada pedazo de nuestro ser cuenta delante del Dios que llamó todas las cosas y fueron.
Fausto Liriano
Carta de joven martirizado por su fe
La siguiente carta que aquí les comparto fue escrita por un joven pastor de Zimbabue un tiempo antes de ser martirizado por su fe. «Soy parte de la comunidad de los que no se avergüenzan. Tengo el poder del Espíritu Santo. La suerte se ha echado. He cruzado la línea. La decisión fue tomada –…
La iglesia no da la espalda
«Es muy probable que el hombre que está seriamente convencido de que merece ir al infierno no acabe llegando ahí, mientras que el hombre que cree que es digno del cielo nunca entrará a ese bendito lugar». (A.W. Tozer)