Hay ocasiones, cuando las tormentas de la vida nos acosan, sentimos que nuestras fuerzas desfallecen y que nuestra fe se va apagando junto a nuestra vida. Es entonces cuando necesitamos clamar a Dios que «encienda nuestra luz nuevamente, y que renueve nuestras fuerzas para poder enfrentar la prueba que estemos atravesando.
Si pensamos en la aridez y las tierras montañosas de la Palestina se nos hace fácil entender la importancia del agua y el reposo de la misma. Las ovejas siempre necesitaban agua y la clave de conseguir el precioso líquido la tiene el pastor. Las “aguas de reposo” son “aguas de paz” y estas apuntan hacia el nombre redentor de Dios y su acción en medio de su pueblo. < Jehovah Shalom > Jehová, nuestra paz. Apuntando a nuestro Dios, no de confusión sino de paz y nos guía con su paz.
Señor ¿Cuando se apagó mi vida?
¿Cuándo dejó de brillar tu luz en mí?
No soy más que un ropaje que dice llevar tu nombre
Pero su interior esta vacío, hueco y obscuro.
Oh Dios renueva mis fuerzas y mi deseo de buscarte,
De sentirte y abrazarte.
De sentirte y sostenerme en Tu presencia.
Devuélveme la alegría de saber que tu luz en mí,
Se ha encendido nuevamente.
(autor: Paloma Cruz)
La luz de Dios se desvela en el “reposo”. Allí nos encontramos en el “regazo de Dios.” Muy bien dijo el salmista cuando afirma: “Junto a aguas de reposo me pastoreara”. “Confortará mi alma” (Salmo 23:2-3).
La palabra “pastoreará” <Jehovah Raah > apunta al Pastor que conduce, que guía eficazmente al rebaño hasta aguas de reposo. Esto resulta importante para las ovejas porque ellas no beben de las corrientes de aguas, las asustan, sino que beben en aguas tranquilas. Dios cuida de tal manera que no solo provee para la necesidad, en este caso agua, sino de la manera más apropiada. En reposo. Debido a su timidez, las ovejas rehúsan saciar su sed y descansar a menos que estén libres de todo temor.
Las “aguas de reposo” son “aguas de paz” y ello representa el siguiente nombre redentor de Dios, <Jehovah Shalom > Jehová nuestra paz. Dios no es un Dios de confusión sino de paz y nos guía con Su paz.
Antes de pensar en el proveedor del agua y la fuente de la misma pensemos por un instante en la función del agua en el cuerpo de las ovejas y por qué es tan esencial para su bienestar. El cuerpo de un animal como una oveja de compone de setenta (70%) de agua como promedio. El agua mantiene el metabolismo normal del cuerpo; es parte de cada célula, dentro de la cual contribuye a una turgencia y a las funciones normales de la vía. El agua determina la vitalidad, fuerza, y vigor y es esencial para la salud y bienestar general.
Cualquier animal se da cuenta de la falta de agua por su sed. La sed indica la necesidad del cuerpo de restituirse del agua para su cuerpo.Ahora bien, así como el cuerpo físico necesita del agua también” la palabra vida de Dios” nos indica claramente que la personalidad humana, el alma, necesita del agua espiritual del Espíritu de Dios.
Cristo nuestro Buen Pastor, dejó claro que el alma espiritual sedienta, puede saciarse cuando su sed de vida espiritual se acerque a Él. En Mateo 5:6 dice: ‘Bienaventurado los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados. Cristo nos dio esa Justicia en su muerte y resurrección. Durante la gran fiesta en Jerusalén Jesús declaro: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.” Beber en términos espirituales significa simplemente asimilar o aceptar. Es decir que implica que una persona acepte y asimile la vida misma en Cristo llegando a entender que ya no es él, sino Cristo en su vida. Lo interesante es que la”palabra viva de Dios” busca y da el agua espiritual” y más “Ya la dio” y está disponible. David lo dijo en el Salmo 23: «Junto a aguas de reposo me pastoreará». Jesús dijo:
“Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor, su vida da por las ovejas.” (Juan 10:11)
San Agustín de Nipona lo resumió muy bien cuando escribió: ¡Oh Dios! Nos has creado para ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti.
El agua para las ovejas viene de tres sitios. El verso anterior al que estamos estudiando dice: “ En lugares de delicados pastos me hará descansar.” De los delicados pastos de la mañana surge, el rocío. El rocío mañanero se impregna en los delicados pastos y el rebaño es conducido por el pastor y en un ambiente confortable. Además del rocío la segunda fuente de agua son los abrevaderos preparados en lugares de sombra y manantiales y ríos en áreas de reposo y distanciados de todo animal que puedan asustar a las ovejas.
En la vida cristiana no es insignificante observar que quienes suelen estar más serenos, más confiados y capaces de enfrentarse a las complicaciones de la vida son los que se levantan temprano cada día para alimentarse de la “palabra viva” de Dios en la Biblia. Es en las calmadas y tempranas horas de alba que él los pastorea junto a las quietas aguas de reposo.
Uno sale de esas horas de meditación, reflexión y comunión con Cristo, refrescado en mente, y espíritu. La sed se apaga y el corazón queda serenamente satisfecho.
En “las aguas de reposo” el agua se hace cristalina a menos que vengan correntones de agua producida por aguas turbias producto de lluvias tormentosas que arruinen la tranquilidad de la vida. A veces ni el rocío, abrevaderos y manantiales y ríos serenos se hacen presentes. Es preciso estar preparados. Las ovejas por vivir las tierras áridas tienen que ser pastoreadas en los tiempos de serenidad y aguas refrescantes que les provee el pastor. Así es también para todos nosotros. Solo haga un experimento cuando sus aguas estén turbulentas. Ahora cuando están serenas y es fácil mirarte y crear un espejo para mirarte y hablar con el Dios de tu interior. Recuerda entonces el Salmo cuando dice: En aguas de reposo me pastoreará. Que la Paz de Dios se construya en Ti cada día. “Shalom».
“Devuélveme la alegría de saber que tu luz en mí se ha encendido nuevamente”.
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