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A veces nos angustiamos y nos desesperamos cuando nuestras esperanzas se desvanecen en medio de las pruebas que enfrentamos, pero no desmayes. Cuando no podemos ni siquiera imaginar cuál será nuestro futuro, Dios nos recuerda los planes que tiene para nosotros.
«¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí?
Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!» Salmos 42.11—Reina Valera Contemporánea (RVC)
13 «¡Que el Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en la fe, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo!» Romanos 15.13—Reina Valera Contemporánea (RVC)
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