Todos en algún momento hemos sentido una sensación de fracaso. Desde pequeños descubrimos que vivimos en una sociedad de competencia donde debemos esforzarnos por hacer las cosas de la mejor manera. Sacar las mejores notas en la escuela, hacer las mejores jugadas en el deporte, en fin…

(Photo by: Pixabay)
Conforme vamos creciendo, ya la «competencia» se mueve a un escenario más severo donde predomina la necesidad de «triunfo». Triunfo en la carrera, éxito en el trabajo y en el matrimonio, etc. Es aquí donde debemos aprender y entender que todos en algún momento u otro vamos a pasar por experiencias inesperadas que intentarán derrumbarnos, si no estamos preparados para ello.
El primer paso para estar preparados cuando el fracaso nos estremezca, es entender que cuando fracasemos en algún aspecto, nuestra vida NO terminó allí, sino que podamos ver dicho «fracaso» como un aprendizaje.
Debemos tener presente que Dios nos advierte en su Palabra (Juan 16.33) que en este mundo vamos a sufrir aflicciones, pero también nos recuerda que dichas aflicciones no necesitamos atravesarlas solos pues El llevará la carga junto a nosotros.
«No tengas miedo, que yo estoy contigo; no te desanimes, que yo soy tu Dios. Yo soy quien te da fuerzas, y siempre te ayudaré; siempre te sostendré con mi justiciera mano derecha». Isaías 41:10—Reina Valera Contemporánea (RVC)
Te invitamos pues a reflexionar en esto:
• Fracaso no significa que estemos derrotados, significa que hemos perdido sólo una batalla.
• Fracaso no significa que no hemos logrado nada, significa que hemos aprendido algo.
• No significa que hemos sufrido el descrédito, significa que estuvimos dispuestos a ensayar.
• No significa falta de capacidad, significa que debemos hacer las cosas de una manera diferente.
• Fracaso no significa que somos inferiores, significa que no somos perfectos.
• No significa que hemos perdido nuestra vida, significa que tenemos buenas razones para empezar de nuevo.
• No significa que debemos echarnos atrás, significa que debemos luchar con mayor ahínco.
• Fracaso no significa que jamás lograremos nuestras metas, significa que tardaremos un poco en alcanzarlas.
• Fracaso no significa que Dios nos ha abandonado, significa que ¡Dios nos está preparando para algo mejor!
«Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo alcanzado ya; pero una cosa sí hago: me olvido ciertamente de lo que ha quedado atrás, y me extiendo hacia lo que está adelante» Filipenses 3:13—Reina Valera Contemporánea (RVC)
«Sólo yo sé los planes que tengo para ustedes. Son planes para su bien, y no para su mal, para que tengan un futuro lleno de esperanza». Jeremías 29.11—Reina Valera Contemporánea (RVC)
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