La primera vez que oí lo que les voy a relatar me sorprendí, pero luego en los seminarios que doy en diferentes países me fui encontrando cada vez más con este tipo de comentarios: “Soy bonita -lo sé-, tengo una profesión, soy independiente financieramente y amo al Señor con todo mi corazón…, deseo formar una familia pero sigo soltera, no que esté preocupada pero los años están pasando, ¿cree usted que hay algo malo en mí? ¿por qué a los hombres les asusta mujeres así como yo?”. ¿Así como tú? pregunté. Sí, como yo: profesionales, maduras, bonitas y líderes de iglesia.
Y pensando en todas aquellas chicas que gentilmente han escuchado mis conferencias, que leen mis post a diario, que han comprado mis libros y que se identificaron con el relato anterior, esgrimiré algunas conclusiones que quizá pueda ayudarles.
(Image by DanaTentis from Pixabay )
Lo primero: Nada malo hay en ti.
Mira, cada vez es más frecuente encontrar mujeres que se localizan en sus carreras profesionales, no es como antes que muchas damas se casaban a temprana edad porque “no habían más opciones” o qué se yo, el asunto es que hoy las oportunidades de estudio son las mismas para hombres y mujeres, así entonces ¿por qué no aprovechar tus años juveniles para estudiar una carrera, sacar un posgrado, un doctorado, hacer carrera? Nada malo hay en ser una mujer con profesión.
Lo segundo: No te preocupes por los años.
Dicen que una mujer madura es más atractiva que una joven, ¿y saben? creo que ese mito tiene algo de verdad, al menos lo veo en mi esposa que a sus cuarenta me resulta mucho más fascinante que cuando nos casamos…, ella ha madurado bien y yo lo agradezco. Entonces, ¿qué más da si ya no eres una adolescente? Si estás en la década de los 20, 30, 40 -da lo mismo-, disfruta tu soltería: Viaja, emprende, ríe, come, conoce amigos, sirve a Dios con libertad, hay mujeres con esposo e hijos que desearían hacer lo que tú.
Lo tercero: Tu galán ya vendrá.
Ya sé que has escuchado esto cientos de veces y perdóname si soy majadero pero lo oirás una vez más: ¡Tu hombre ya llegará! Pero ojo, no entregues tu corazón a cualquier tipo de hombre, el que te conviene ha de estar dispuesto a amarte como eres: madura, con profesión, carrera, liderazgo consolidado y posiblemente con una billetera más abultada que la de él. Si encuentras a ese espécimen -uno que no se asuste de ti y que sea capaz de soportar las miradas en la calle-, tómalo, no lo dejes ir. Verás, la mente del hombre es un poco complicada y te lo explico así: En una fiesta sólo los más valientes son los que se atreven a invitar a bailar a la chica más atractiva del salón, y por lo general no son hombres guapos o muy galantes, pero son lo suficientemente valientes para no dejarse amedrentar por “la bella del baile”, ese tipo de hombres son escasos pero los hay, espéralo que ya viene y pronto te invitará a bailar de por vida. ¿Sabías que es muy común encontrarse a hombres “feos” casados con “mujeres divinas”? Esos “feos” son los valientes que se quedan con las mejores…, ¡qué paradójica es la vida!
Concluyo
No te atrevas a anularte. Lo haces cuando te miras al espejo y comienzas a encontrarte defectos, te anulas cuando te comparas con aquella amiga que ya se casó, te anulas cuando tuviste una relación amorosa tormentosa y no has vuelto a tener novio y piensas que estás “maldita”. ¡Epa! la vida sigue, no puedes detenerte porque no funcionó con él, ¿¿, ¿subirás al carrusel?
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