Las responsabilidades que tenemos con nuestras familias y con el trabajo en ocasiones ponen una carga sobre nuestros hombres que pareciera insostenible. Es entonces cuando quisiéramos añadirle horas al día, y pareciera que no encontramos de dónde sacar fuerzas para seguir adelante. Esto es algo que nos pasa a todos, pero Dios en su infinita misericordia nos invita a descansar en Él.

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28 «Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar. 29 Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma; 30 porque mi yugo es fácil, y mi carga es liviana».
—Mateo 11.28-30 Reina Valera Contemporánea (RVC)
29 «El Señor da fuerzas al cansado, y aumenta el vigor del que desfallece. 30 Los jóvenes se fatigan y se cansan; los más fuertes flaquean y caen; 31 pero los que confían en el Señor recobran las fuerzas y levantan el vuelo, como las águilas; corren, y no se cansan; caminan, y no se fatigan». —Isaías 40.20-31—Reina Valera Contemporánea (RVC)
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