Tener preocupaciones y ansiedad de vez en cuando es parte de la vida. Preocuparse puede ser una reacción a circunstancias de la vida (como tener que pagar una cuenta inesperada, mudarse a un nuevo hogar o preocuparse por la salud de un ser querido o por la de usted mismo).
Los períodos de preocupación breves son una reacción normal al estrés. Sin embargo, cuando las preocupaciones se tornan abrumadoras y afectan tu vida diaria y tu capacidad de funcionar, puedes estar experimentando un problema común llamado «trastorno de ansiedad». La ansiedad puede ser debilitante y, cuando no se trata, puede afectar la salud física o calidad de vida.
Medita en las siguientes frases que te ayudarán a manejar sus preocupaciones y a dejar sus cargas en las manos del Maestro.

(Photo by: Pixabay)
Pietro Metastasio (1698-1782) Poeta italiano.
La catástrofe que tanto te preocupa, a menudo resulta ser menos horrible en la realidad, de lo que fue en tu imaginación.
Wayne W. Dyer (1940-?) Escritor estadounidense.
El hombre juicioso sólo piensa en sus males cuando ello conduce a algo práctico; todos los demás momentos los dedica a otras cosas.
Johann Wolfgang Goethe (1749-1832) Poeta y dramaturgo alemán.
Las preocupaciones acaban por comerse unas a otras, y al cabo de diez años, se da uno cuenta de que se sigue viviendo.
Jean Anouilh (1910-1987) Escritor y dramaturgo francés.
Las preocupaciones se pierden con el tiempo.
Cuando el cielo este gris, acuérdate cuando lo viste profundamente azul.
Cuando sientas frío, piensa en un sol radiante que ya te ha calentado.
Cuando sufras una temporal derrota, acuérdate de tus triunfos y de tus logros.
Cuando necesites amor, revive tus experiencias de afecto y ternura.
Acuérdate de lo que has vivido y de lo que has dado con alegría.
Recuerda los regalos que te han hecho, los abrazos y besos que te han dado, los paisajes que has disfrutado y las risas que de ti han brotado.
Si esto has tenido, lo puedes volver a tener y lo que has logrado, lo puedes volver a ganar.
Alégrate por lo bueno que tienes y por lo bueno de los demás, acéptalos tal cual son; desecha los recuerdos tristes y dolorosos, y sobre todo no tengas ningún rencor, no te lastimes más.
Piensa en lo bueno, en lo amable, en lo bello y en la verdad.
Recorre tu vida, detente en donde haya bellos recuerdos y emociones sanas y vívelas otra vez.
Visualiza aquel atardecer que te emocionó. Revive esa caricia espontánea que se te dio. Disfruta nuevamente de la paz que ya has conocido,
piensa y vive bien.
Allí en tu mente están guardadas todas las imágenes; ¡Y sólo tú decides cuáles has de volver a mirar!
No hay carga que se nos dé que no tengamos la capacidad de llevar.
Busca siempre vivir el presente aprendiendo del pasado, no cargues con situaciones y problemas que ya han pasado.
Piensa en esto:
¿Cuál era tu mayor problema hace 10 años? Probablemente ahora sea nada.
Ahora, si dentro de 10 años tus problemas actuales no van a ser nada, ¿Por qué vivir tristes por ellos?
Mateo 6:25- 26 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Deja una respuesta