Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar. Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente. Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías; quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén. Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él. Y sucedió que apartándose ellos de él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía. Mientras él decía esto, vino una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube. Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd. (Lucas 9.28-35 versión RVR 60)
Este pasaje de la transfiguración aparece también en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. Los tres los ubican en el mismo monte alto conocido como el Monte de Tabor.
El uso de los montes por lo general están relacionados con la Oración. Está relacionado con la naturaleza donde los cielos se abren a la meditación profunda. A Jesús le encantaba usar los montes para hablar a solas con el Padre.
En la literatura puertorriqueña, el dramaturgo René Márquez, llegó a la cumbre de la literatura latinoamericana con su novela «La víspera del hombre». En ella se presenta un personaje llamado Pirulo, un jibaro puertorriqueño que no había visitado el monte más alto de la Isla Del Encanto, conocido como Los Tres Picachos de Juyuya. Un día Pirulo, que vivía en los valles del este de la isla, decide subir a las alturas del monte y con su garabato y machete en mano; sube la montaña llegando a su cúspide al atardecer.
Estando en la cumbre, al ver el paisaje jamás visto en su vida, quedó anonadado, sorprendido y trasformado. Su mirada le dio la vuelta total a aquel panorama y se vio solo junto a su terruño, rodeado de agua por todas partes. Su Isla, estaba rodeada por el Océano atlántico y el Mar Caribe, sufriendo una metamorfosis que volcaba su mente, su corazón, alma y espíritu. El Escritor dice: Pirulo dejó de ser hombre isleño y tornó a verse como hombre del mundo.
Hoy no voy a hablar de Pirulo, sino de Juan, Jacobo y Pedro, en el Monte de Tobar, en el Monte de Dios, en el Monte de todos. Se trata de la víspera de la Gracia, en el Monte de la transfiguración. Donde Dios se adelanta para decirnos: “El evento de la liberación del hombre está listo y se ha hecho presente en Jesucristo, Su Hijo, al cual debemos oíd.” Se ha presentado como: La Víspera de la Gracia, en el monte de la Transfiguración.
Son muchas las cosas milagrosas que ocurren en este pasaje de la transfiguración. Los tres discípulos medios dormidos sorprendidos ante el rostro de Jesús iluminado y su ropa resplandeciente. Luego la aparición de Moisés y Elías rodeados de la gloria y hablaban de la partida de Jesús que iba a cumplir a Jerusalén. Ya bien despierto Pedro, eufórico dirigiéndose a Jesús, le dice: Maestro, bueno es para nosotros estar aquí, hagamos tres enramadas, una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías el Profeta.
De pronto una nube los cubrió y tuvieron gran temor al entrar en la nube…Y vino una voz de entre las nubes del Padre diciendo: “Ese es mi Hijo amado”.
No sé si ustedes se están dando cuenta pero voy a ser claro y preciso. Estamos frente a la “Víspera de la Gracia. Pedro no sabía lo que estaba diciendo. No se trataba de un “Picnic” o reunión fraternal. Era algo muy serio. Relevar la vida después de la muerte de Moisés y Elías es algo milagroso, pero indicar que se trata de la profecía del Mesías, en Jesucristo, Hijo de Dios y destacar que la ley de Moisés deja paso franco a La Gracia de Dios en su Hijo, es algo poderoso, maravilloso y realmente milagroso. Esto es revelación de lo alto.
El pasaje que antecede al de la Transfiguración, escrito por el mismo autor Lucas, es llamado:” La confesión de Pedro.” Aparece una semana antes de haber visto aquello. Probablemente en el mismo Monte Tabor estando orando. ¿Quién dicen la gente que soy yo? Ellos respondieron: Unos Juan el Bautista; otra Elías y otros, que algún profeta del Antiguo Testamento ha resucitado. Él les dijo: ¿Y vosotros quien decís que soy? Entonces respondiendo Pedro dijo; “El Cristo de Dios. De inmediato Jesús anuncia su muerte y todo lo que iba a pasarle, pero dijo que no se lo dijeran a nadie. <San Lucas 9:18-21>
¡Sorprendente la revelación de la Gracia de Dios dándose libremente y paso a paso por los Escrituras. “Entonces respondiendo Pedro dice: “Tú eres el Hijo de Dios.” ¿Cómo se van dando los acontecimientos para caer en cuenta? Y ahora preguntamos a los lectores ¿Qué es la gracia de Dios? ¿Saben ustedes? Solo le pondré una texto bíblico para pensar: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en La fe del Hijo de Dios, el cual amo y se entrego a sí mismo por mí”. <Gálatas 2:20>
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