Nuestros pensamientos son muy traicioneros. Por eso, cuando pasamos por pruebas sentimos que Dios nos ha abandonado, que estamos perdidos y que nuestra situación no tiene remedio. Permíteme decirte que estás equivocado. Dios nos promete refugio, paz y consuelo no importa dónde y cómo nos encontremos.

«Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo». —Filipenses 4:6,7 Reina Valera Contemporánea (RVC))
38 «Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor». —Romanos 8.38-39 Reina Valera Contemporánea (RVC))
Deja una respuesta