¿Alguna vez has sentido que por más que te esfuerzas terminas «defraudando» a Dios con tus acciones? ¿Que por más que intentas vivir a la altura de las enseñanzas de Jesús, no llegas a acercarte en lo más mínimo o que tus intentos de lograrlo son inconsistentes? Si te sientes así permíteme recordarte que la misericordia de Dios es más grande de que nosotros podemos imaginar. De manera que no te desanimes, ¡sigue adelante!

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16 «Por tanto, acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para cuando necesitemos ayuda». Hebreos 4.16—Reina Valera Contemporánea (RVC)
22«Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos; ¡nunca su misericordia se ha agotado! 23 ¡Grande es su fidelidad, y cada mañana se renueva! 24 Por eso digo con toda el alma: «¡El Señor es mi herencia, y en Él confío!» 25 Es bueno el Señor con quienes le buscan, con quienes en Él esperan». Lamentaciones 3.22-25—Reina Valera Contemporánea (RVC)
11«Señor, ¡no me niegues tu misericordia! ¡Permite que siempre me acompañen tu misericordia y tu verdad!» Salmos 40.11—Reina Valera Contemporánea (RVC)
18 «Por lo tanto, el Señor esperará un poco y tendrá piedad de ustedes, y por eso será exaltado por la misericordia que tendrá de ustedes. Ciertamente el Señor es un Dios justo; ¡dichosos todos los que confían en él!» Isaías 30.18
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