En la Biblia encontramos muchas citas que nos instan a la oración en sus distintas facetas. Todas nos enseñan algo: por quiénes ora, cómo hacerlo, cuándo, etc. Nos muestran distintas circunstancias para realizarlas.

(Photo by: Pixabay)
En Ro 12.12 se nos dice que debemos ser «…constantes en la oración». Esto es muy importante, porque generalmente oramos una o dos veces por un motivo y al no tener respuesta inmediata, llega el desánimo y no seguimos adelante. Sin embargo, se nos dice que debemos ser «constantes».
Es necesario persistir, una y otra vez, con confianza y fe, seguros que Dios está escuchando, porque su Palabra dice que: «no se ha agravado su oído para oír»(Is 59.1) Él nos oye, y siempre está dispuesto a responder, pero no siempre a nuestro gusto o placer. No olvidemos que él sabe lo que es mejor para nosotros.
De nuestra parte, es el estar «constantes», sin desmayar ni dudar, sin esperar inmediatas respuestas, aunque a veces nos asombramos de sus rápidas contestaciones. « El ministerio de oración», no es por un momento, es de «por vida». Es uno de los ministerios más importantes, ya que por medio de él entramos directamente a la presencia de Dios para interceder, por medio de Jesucristo, por nuestros seres queridos, amigos, vecinos etc.
Al estar delante de su presencia, nos gozamos por la comunión que tenemos con él, como también crece nuestra relación de dependencia. Ya no es para nosotros un Dios lejano, sino nuestro amigo, al que nos acercamos confiadamente, porque como dijo el apóstol Pedro: «Señor,¿a quién iremos?» Sí, ¿a quién iremos con nuestros interrogantes, dudas, dolor y necesidad?
Por eso es necesario desarrollar una estrecha relación con quien es todopoderoso y bondadoso. Por su gran amor, está a nuestra disposición para acompañarnos mientras prepara la respuesta más conveniente para nuestras vidas y para aquellos por los cuales estamos pidiendo.
Esta estrecha relación con nuestro Dios, se obtiene al ser constantes en la oración. No son conversaciones esporádicas con él, sino que se logran con un contacto diario y persistente. Esto nos fortalece, pues a través de los años hemos recibido muchas respuestas, algunas milagrosas, otras inesperadas, o quizás totalmente diferentes a lo que pedíamos. Pero al recibirlas, nos dimos cuenta que eran mucho mejor para nosotros. Este desafío de ser «constantes en la oración», es para todos.
¡Qué maravilloso es poder desarrollar una estrecha relación, una vida de comunión con aquél con quien viviremos para siempre! En todo tiempo tendremos temas para orar. Cuando nuestros pastores, hermanos, familiares descubran nuestro ministerio de oración, acudirán con confianza para solicitar de nosotros peticiones y se sentirán respaldados porque recibirán grandes bendiciones y respuestas a sus necesidades. Siempre recuerdo a una hermana que me decía: «Siento que usted está orando por mí, pues todo me va mejor». Este ministerio nos ayudará espiritualmente, nos mantendrá ocupados, tendremos compañerismo con los hermanos de la iglesia como también con tus familiares y vecinos. Ya no estaremos solos, pues nos buscarán porque seremos una fuente de bendición.
Tendremos una nueva perspectiva de la vida, y comprenderemos que tenemos mucho por hacer y que nuestra vida es útil para ayudar a otros. Dios nos mantiene en este mundo con un propósito, cuando finalice Dios nos llevará a su presencia para que disfrutemos junto a él. Mientras tanto, sé «constante en la oración». Este es el secreto de una vida feliz y útil para el servicio de Dios y de nuestro prójimo.
Autores: Amelia Nonini y Juan Arregin.
Argentinos radicados en Tucson, Arizona,USA.
Misioneros al pueblo hispano y autores de dos libros devocionales enfocados al bienestar de los adultos mayores.
Deja una respuesta