Hay etapas en nuestra vida donde nos proponemos cambiar hábitos. No sé ustedes, pero yo siempre me prometo hacer un montón de cosas. Hacer ejercicios, comer más saludable, estudiar más la Biblia, orar más, compartir más tiempo con mi familia y amigos, en fin, tratar de tener una vida equilibrada.
Reflexionando en esto, cuando pienso en cosas que quiero cambiar, pienso en el poder de las palabras. Hay una palabra en particular que realmente puede hacer una diferencia en nuestra vida. ¡Gracias!
No podemos ignorar que en esta vida siempre necesitamos de alguien. Y, muchas veces “ese alguien” son nuestros amigos, (especialmente cuando nuestra familia está lejos) que se esfuerzan en ayudarnos en nuestros momentos de crisis. Es entonces cuando nos corresponde hacerles saber cuánto apreciamos su ayuda y amistad.
A continuación les dejo estas cinco sugerencias para expresar agradecimiento.
1. Pase tiempo juntos, hablando de su vida. Una simple taza de café una cena sencilla, o unos entremeses junto con su tiempo es más que cualquier regalo costoso que usted pueda brindar.
2. Ofrezca su ayuda. En este mundo estamos tan ocupados con nosotros mismos que nos olvidamos de lo bien que se siente ayudar a alguien más.
3. Exprese su agradecimiento y cariño con un simple detalle como enviar una tarjeta, unas flores o unos chocolates fuera de la fecha de cumpleaños o aniversario. Es una manera sencilla de expresar “me acuerdo de ti, eres importante en mi vida”.
4. Con los que tiene cerca, por ejemplo, su esposo(a) puede expresarle algo así como:
“Has cambiado mi mundo por uno mejor”. “Eres una parte importante en mi vida”.
“Estoy muy agradecida(o) por todo lo que has hecho por mí”.
5. Y por último, y el más importante. Dé gracias a Dios por todas las bendiciones recibidas. Muchas veces, especialmente cuando la vida se estremece con las pruebas, acudimos a Dios por ayuda, y, le agradecemos cuando recibimos respuesta. Sin embargo, olvidamos que todo lo que somos y tenemos se lo debemos a Él. Hagamos el hábito de dar gracias a Dios desde que abrimos nuestros ojos. Simplemente por regalarnos un día más de vida y de ahí en adelante démosle gracias porque todo lo que nos ocurre, aún sin comprenderlo, es con el propósito de hacernos mejores seres humanos.
Les puedo asegurar que decir “gracias” en realidad nos hace sentir bien.
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