El derramamiento del Espíritu del Señor tiene como destinatarios principales, si no exclusivos, a los sectores debilitados por la política social de los imperios, señaló el biblista pentecostal chileno Daniel Godoy en su tesis de grado.
En el estudio presentado para obtener el grado de doctor en Ciencias de la Religión con mención en Literatura y religión en el Mundo Bíblico en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Religión de la Universidad Metodista de Sao Paulo, el mes pasado, Godoy analizó el libro del profeta Joel, especialmente el capítulo 3, 1-5, sobre el derramamiento del Espíritu.

(Mosaic Image by Holger Schué from Pixabay)
«La tesis, titulada, El derramamiento del Espíritu – Fortalecimiento de los Débiles, se inserta dentro de la lectura bíblica latinoamericana, trayendo en esa óptica la riqueza y el desafío de lo que significa leer la Biblia a partir de un contexto de opresión como es nuestro continente», dice Godoy, primer pentecostal latinoamericano en obtener el doctorado en el área de Biblia.
El tema del derramamiento del Espíritu del Señor en Joel, anota, debe ser analizado en un contexto social concreto, donde el clamor de los débiles es oído por Javé. Los sectores sociales mencionados como beneficiarios directos de la acción del Espíritu son personas que representan sectores diferentes.
Políticamente, indica, forman el grupo que sustenta y permite funcionar el sistema persa griego, basado en la explotación y mano de obra barata. Son la base de sustentación de la pirámide social y los viejos, por su edad, ya no producen más.
El libro de Joel, como producto literario final, debe ser localizado en el contexto histórico del post-exilio, esto es, en el tiempo de los imperios persa y griego y demuestra que el derramamiento del Espíritu del Señor tiene como destinatarios preferenciales, si no exclusivos, los sectores debilitados por la política social, económica y religiosa de esos imperios.
Los viejos, los jóvenes, los esclavos y las esclavas, forman el sector de los débiles. Es el sector que no espera nada, y que nada tendrá de parte de los imperios y que, como los pentecostales, por su situación de debilidad, creen que solamente una intervención externa puede cambiar su futuro, puede traer de vuelta la esperanza, señala.
Esa intervención externa comienza a ser posible por la promesa del derramamiento del Espíritu y se concretiza a través de la llegada del día de Javé, que será grande y terrible. Esta perspectiva de la acción del Espíritu es posible solamente después del exilio. En ese tiempo el Espíritu adquiere una dimensión amplia e inclusiva actuando sobre diversos sectores sociales, independiente de ser o no judíos, anota el resumen de la tesis.
En ese resumen, Godoy expresa que en estos tiempos la Biblia se convirtió en un libro próximo, que transforma, acompaña y da valor. El pueblo fortalecido por su fe comienza a escribir una historia distinta, una historia que los poderosos tienen interés en mantener oculta.
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