Mis queridos lectores, lo que les voy a contar es tan fantástico, que a mí misma se me hace difícil de creer; y al mismo tiempo, se que habrá un número mayor de lectores del que yo quisiera admitir que podrán identificarse con esta experiencia que voy a compartir con ustedes.

(Photo by: Unplash)
Yo siempre he sido (ante mis ojos) una persona segura de mí misma y osada. Al menos esa era la opinión que yo tenía hasta la semana pasada. ¿Qué ocurrió? Pues estaba leyendo uno de tantos libros de auto superación diseñados para desarrollar el poder creativo del arte dentro del artista. ¿Por qué lo estaba leyendo? Bueno muchos de ustedes quizás no sepan que he vuelto a pintar, uno de mis primeros amores de mi juventud. Eso es algo común, las personas después de cierta edad (que por supuesto no voy a revelar) vuelven a buscar dentro de sí mismo cuales son las cosas que verdaderamente les gusta hacer. Pero no quiero alejarme del tema.
Yo estaba leyendo este libro, y me enseñaba que toda persona tiene un don «de creatividad» dentro de sí y que es algo normal porque viene siendo heredado directamente del Creador. Como parte del desarrollo de ese don de creatividad, la autora enseña ciertos ejercicios que debe hacer todo aquel que ama el arte; así que yo comencé a hacerlos. Bueno, la primera semana estaba yo muy entusiasmada…hice mis ejercicios y todo iba ¡viento en popa y a toda vela!
Entonces, comencé a leer las instrucciones de la segunda semana. Ahí es cuando todo mi mundo se me desmoronó. Por primera vez en mi vida (y ya tengo mis añitos) comencé a descubrir cosas en mí que jamás había visto… ¡jamás! Temores, varios,… actitudes de auto sabotaje,.. Varias,.. Pensamientos negativos que traen freno a mis actos positivos,… muchos…
La única manera que puedo explicar esto es como cuando uno vive por muchos años dentro de una magnifica casa; la disfrutas, limpia, hermosa, elegante, brillante, y después de muchos años pasas por una sección y encuentras una puerta que jamás habías visto antes, te sorprendes tremendamente de hallarla, y la abres. Wow!… cuando la abres encuentras un cuarto polvoriento, obscuro y desagradable, ¡dentro de tu casa! Un cuarto que nunca se había limpiado ¡porque nunca lo habías visto!
Lo próximo que me pregunté después de encontrar ese lugar en mi vida, fue ¿qué hago con esto? Todo esto es nuevo para mí, entonces, ¿cómo lidiar con algo que me resulta ajeno?
Mis amados lectores, yo no afirmo tener toda la respuesta sobre esto, al menos no en este momento, pero sí les puedo decir, que esta experiencia me ha hecho más humilde, y me ha obligado a levantar los ojos al cielo, y tener una buena conversación con Dios; que me ha obligado a prestar más atención a Su Voz en mi corazón.
He tomado la decisión de arreglar esa habitación. Limpiarla, votar todo lo que está adentro… una cosa a la vez; abrir las ventanas y dejar que entre la luz, y hacer de mi casa un lugar más espacioso, y más hermoso que lo que he tenido hasta el momento y disfrutarlo.
Hay palabras de mi Padre Celestial que vienen a mi corazón, palabras que Él ha dejado escritas para mí con la intención de ayudarme en momentos como este. Palabras positivas para cada objeto obscuro, mal oliente y negativo que saque de ese rincón olvidado… y llenar ese vacío con palabras positivas para mi vida. ¿Cómo lograrlo? Si deseo resumirlo en una sola frase, tendría que repetir las palabras de Mateo; «Busca primeramente el reino de Dios y Su justicia, y todas las demás cosas os serán añadidas…»
Tengo que combatir cada mal que encuentre con el bien que se le opone. Cada temor, con confianza; cada duda, con fe; cada inquietud con paz; y para cada idea obscura hay una llena de luz que Dios nos ofrece para descansar en Él.
Deja una respuesta