Un arqueólogo asegura que hay evidencia arqueológica en la región de Palestina que prueban la historia de las murallas y la famosa batalla de Jericó.
Para algunos eruditos, la historia de las murallas y la famosa batalla de Jericó, es simplemente un mito. Sin embargo, Bryant Wood, uno de los arqueólogos del Antiguo Testamento asegura que hay evidencia arqueológica en la región de Palestina que prueban este hecho. Wood, quien pertenece a la Asociación de Investigaciones Bíblicas, dice que no sólo existe evidencia arqueológica, sino que además coincide con la historia bíblica de la ciudad donde fue encontrado el libro de Josué.

(JSC Batalla de Jericó-Wikipedia)
«La mayoría de los eruditos en el campo de la arqueología —incluso los de estudios del Antiguo Testamento—, tienden a poner los hallazgos arqueológicos sobre lo que dice la Biblia. De manera que si hay alguna discrepancia pueden decir que la arqueología está correcta y la Biblia está equivocada. Esto es básicamente lo que leemos en la mayoría de los libros —que la evidencia de la historia bíblica nunca ha estado presente y que por lo tanto es simplemente una leyenda».
Wood en cambio sostiene que la Biblia debe ser el comienzo para cualquier expedición arqueológica. La controversia alrededor de Jericó es sobre la fecha de la existencia y destrucción de la ciudad. La evidencia bíblica coloca la destrucción de la ciudad en el año 1,400 A.C. Sin embargo, algunos eruditos sostienen que fue antes dando a entender que la narrativa bíblica está equivocada.
En 1930 el arqueólogo John Garstang completó una excavación en el lugar de la antigua ciudad y concluyó que la evidencia apuntaba hacia la fecha bíblica. Años más tarde la arqueóloga británica Kathleen Kenyon examinó los hallazgos de Garstand y encontró que la destrucción de la ciudad ocurrió alrededor del año 1,550 A.C. —unos 150 años antes que el tiempo de Josué. Kenyon basó sus conclusiones en un tipo de vasija perdida del lugar la cual había ya establecido una posición académica.
Para Wood la revisión de Kenyon está basada en una base superficial. «Ella basó su fecha no en lo que encontró, sino en lo que no encontró. Un cierto tipo de vasija que no estaba en el lugar», aseguró. Según Wood, Kenyon admite que la excavación se hizo en una parte pobre del pueblo. Y para Wood, que es un experto en cierto tipo de vasijas de esa época, no es común que ese tipo de vasija se encontrara en una sección pobre de la ciudad.
Señalando otra evidencia, Wood cita a Josué 6.20-24 que indica que la ciudad fue incendiada. En los hallazgos de Kenson hay evidencia de ello. También menciona las pruebas encontradas en 1907 por arqueólogos alemanes sobre la casa de Rahab que coincide con la descripción bíblica. Por otro lado, tanto Kenyon como Garstand encontraron evidencia de un terremoto que derrumbó las murrallas de la ciudad, cosa que coincide también con la Biblia.
Un aspecto clave sobre el descubrimiento de los arqueólogos es las vasijas llenas de grano, algo que era muy valioso en los tiempos bíblicos. De acuerdo a la Biblia el ataque a Jericó se produjo en la época de la cosecha.
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