Cuentan que un anciano labrador tenía varios hijos jóvenes que se llevaban mal entre sí y peleaban constantemente.
Un día les congregó a todos y mandó a traer unas cuantas varas, las colocó todas juntas e hizo un manojo con ellas, les preguntó cuál de ellos se atrevía a romperlo.

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Uno tras otro todos se esforzaron para lograrlo, pero ninguno pudo conseguirlo.
Entonces el padre desató el manojo y tomando las varas una a una les mostró cuán fácilmente se partían, y enseguida les dijo:
-De esta manera, hijos míos, si están todos unidos nadie podrá vencerlos; pero si están divididos y enemistados el primero que quiera hacerles mal lo logrará.
Efesios 4:2-6
Sean humildes, amables y pacientes, y bríndense apoyo, por amor, los unos a los otros. 3 Hagan todo lo posible por vivir en paz, para que no pierdan la unidad que el Espíritu les dio. 4 Sólo hay una iglesia, sólo hay un Espíritu, y Dios los llamó a una sola esperanza de salvación. 5 Sólo hay un Señor, una fe[a] y un bautismo. 6 Sólo hay un Dios, que es el Padre de todos, gobierna sobre todos, actúa por medio de todos, y está en todos. Traducción en Lenguaje Actual—(TLA)
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