¿Te has sentido alguna vez cómo fue que tu vida se detuvo? ¿Has pensado que la vida está llena de posibilidades, pero que éstas no son para ti?
Hay muchas personas que se encuentran detenidas en la vida, personas que no saben qué hacer, que han sido abandonados por su pareja, que perdieron el trabajo, que están endeudados, que todo les sale mal, que no tienen para comer, se sienten desesperados y lo único que alcanzan a ver son problemas y más problemas.

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Alguien dijo: “La adversidad tiene el don de despertar talentos que en la prosperidad hubiesen permanecido durmiendo.”
Te daré algunas ideas que pueden ayudarte a que tu vida continúe:
1. Piensa en el fracaso como una enfermedad para la cual existe una vacuna. El hecho de fracasar no significa que eres un fracasado. Si fracasaste en un negocio no significa que no sirves para los negocios, igual se aplica a una relación. Podemos aprender de los fracasos. Cuando aprendemos de ellos somos fuertes. “Porque siete veces cae el justo y se vuelve a levantar; pero los impíos se hunden en la desgracia” Proverbios 24:16.
2. Considera la posibilidad de que aunque tarde en cumplirse el sueño de tu vida, un día va a cumplirse. No te desesperes, llénate de paciencia, pero no te quedes quieto, persevera en tu misión de vida. La vida es un proceso y nunca nada grande se logró de inmediato, se requiere trabajo, tiempo, talento y tesoro. La mayoría de las personas quieren que las cosas se les solucionen de inmediato cuando el problema lleva tiempo arraigado en la vida. Hay que trabajar en nuestra vida primeramente y luego, con la gente que nos rodea. Considera ser una persona de fe, nunca es tarde para alcanzar tus sueños. Nunca es tarde para salvar tu matrimonio, nunca es tarde para llegar a un acuerdo con tus acreedores y cancelar tus deudas, nunca es tarde para comenzar e intentarlo de nuevo.

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3. Quítate la etiqueta de perdedor o perdedora, evita caer en la autocompasión. La realidad es que todos fallamos, caemos, tropezamos y cometemos errores. Lo importante no es la caída sino cuantas veces te levantes. Las caídas son parte de nuestro aprendizaje al caminar, por supuesto que duelen, pero no caigas en “pobrecito o pobrecita yo” “Soy un fracaso!” “Nadie me quiere”. “No me vuelvo a enamorar”. Practique el juego. Qué tal…mi matrimonio es una bendición, mi negocio está creciendo, tengo excelentes amigos, soy un ganador, soy libre de deudas, colóquese la etiqueta de ganador.
4. Evita ser una persona reactiva, conviértase en una persona proactiva. La tendencia natural de la mayoría de las personas, en los momentos de crisis, es a reaccionar, desarrollando sentimientos de frustración y contrariedad, luego pasan a la duda y al pánico, quedando paralizados. La vida es 90% de cómo reacciono ante las circunstancias. Antes que reacciones con temor y ansiedad, actúa dando pasos alentadores y audaces hacia adelante.
“No podemos dirigir al viento, ni nadie puede hacer que amanezca, pero sí podemos ajustar las velas y disfrutar cada despertar.” Stephen Covey
Ámate a ti mismo y suelta tu pasado (fracaso). Nada puedes hacer para cambiarlo, el pasado no vuelve. Lo que sí puedes hacer es vivir el presente y anticipar el futuro. No vivas pensando en lo que pudo haber sido, valora la vida que tienes. Fortalécete en las promesas de Dios. No te quejes de la situación, deja de enfocarte en los problemas y busca las bendiciones que Dios te ha dejado en su Palabra. Aduéñate de las promesas de Dios. Hazte preguntas que te lleven a mejores elecciones. En vez de sentirte preocupado por los problemas, atemorizado por la situación que estás viviendo, tómate el tiempo para estudiar y analizar lo que estás viviendo. Hazte preguntas tantas veces como quieras hasta que encuentres las respuestas que te ayuden a elegir el futuro que deseas. ¿Qué haría Jesús en esta situación? ¿Qué puedo aprender de todo esto? Busca las oportunidades y diseña un plan de acción de cinco pasos. Cada día sale el sol, así que hoy es el mejor día para comenzar de nuevo. La fe sin obras es muerta.

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Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Romanos 8:28 (NVI)
Finalmente, recuerda que la vida continúa, la vida no se detiene, el corazón sigue latiendo, si quieres mejorar tu vida debes avanzar, aun arriesgarte al fracaso.
¡Vive la vida con entusiasmo!
(Autor desconocido. Esta reflexión nos llegó a través de uno de los lectores de esta página. La publicamos aquí con el propósito de bendecir a nuestros lectores. Si alguien conoce el autor por favor déjenos saber su nombre para darle el crédito correspondiente).
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