Desde que despertamos cada mañana nuestra vida se enfrenta a la toma de decisiones; unas más difíciles que otras. Cuando ponemos cada decisión en las manos de Dios, y buscamos agradarle en todo lo que hacemos, esto no significa que los resultados van a ser como esperábamos. Pero de una cosa podemos estar seguros; que si nos derrumbamos no nos quedaremos en el suelo porque Dios nos sostendrá de su mano.

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«El Señor dirige los caminos del hombre cuando se complace en su modo de vida. 24 Si el hombre cae, no se queda en el suelo porque el Señor lo sostiene de la mano». —Salmos 37:23-24—Reina Valera Contemporánea (RVC)
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