Muchos de nosotros nos encontramos a veces luchando por decidir entre pasar tiempo con Jesús o sucumbir al deseo de un buen entretenimiento.
El escritor John Piper, se expresó sobre este tema de la siguiente manera:
Creo que sí amo a Jesús, pero la mayoría de las veces prefiero pasar tiempo entretenido que pasar tiempo en la Palabra de Dios. ¿Cómo romper con esto que mantiene mi corazón entretenido?
Esa es una pregunta muy buena. Y creo que es especialmente relevante debido a que vivimos, creo que, ahora más que nunca, en un día en el que el entretenimiento está accesible inmediatamente.
Hoy día llevamos en nuestros bolsillos radio, televisión, internet y juegos, y todo lo que sería excitante y divertido. Y la «diversión» es una palabra que en la iglesia hoy día es algo desenfrenado.
Estoy profundamente preocupado por eso. Quiero sostenerme en la seriedad acerca de Dios, en lugar de hacerlo aceptable al hacerlo una «diversión» convirtiéndolo en una pieza de entretenimiento.
Así que esta pregunta es «¿Cómo liberarse de ese tipo de adicción?»
1.Reconociendo es un gran paso en la dirección correcta.
2.Buscar al Señor sinceramente al respecto. Orar para que Dios abra los ojos para ver las maravillas de su ley.
3.Meterse en la Biblia, incluso cuando usted no sienta deseos, rogando a Dios que abra sus ojos para ver lo que realmente está allí.
4.Únase a un grupo en el que se hable de cosas serias.
5.Comience a compartir su fe. Una de las razones por las que no somos tan movidos por nuestra propia fe, como lo que somos es porque casi nunca hablamos de él a cualquier incrédulo. Comenzamos a sentirnos como una especie de invernadero, y luego comenzamos a tener una sensación de irrealidad al respecto. Y entonces los poderes del entretenimiento tienen más influencia en nuestra vida. Pero en última instancia se trata de un don de la gracia de sentir la gloria de Dios.
Una última sugerencia: piense en su muerte. Piense acerca de su muerte, mucho. Haga lo que le gustaría estar haciendo dentro de la estación de la vida, o las horas o días, que conduce al encuentro con Cristo. Piense en el impacto de la muerte, y lo que le gustaría que le encontraran haciendo, y cómo va a preparar su encuentro con Dios y darle cuentas a él.
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