Todos los matrimonios del mundo tenemos desacuerdos. El problema es no saber manejarlos y dejar que se conviertan en conflictos que desestabilizan la relación y la exponen a sufrir ofensas y agresiones.
La queja y el reclamo: armas destructivas contra el matrimonio
La queja y el reclamo raramente conducen a la solución de problemas. Por el contrario, los agravan. Entonces lo primero que debemos reconocer es que estas actitudes no deben usarse en el matrimonio.
Lo que hombres y mujeres no soportan en el matrimonio
En el matrimonio pueden pasar muchas cosas soportables, pero la mayoría de hombres y mujeres no soportan algunas actitudes de sus cónyuges. Son asuntos que afectan los matrimonios en general, aunque también tiene que ver el temperamento de cada uno.
¿Será posible cambiar la manera de ser de nuestro cónyuge?
Los matrimonios debemos aceptarnos y soportarnos tal como somos. Luego debemos exponernos a la palabra y ayudarnos mutuamente en oración a vencer las debilidades del temperamento y a sanar las heridas, para que podamos ser libres para amar.
Restauración: clave para un matrimonio y familia estable
Todos traemos al matrimonio cargas emocionales que han dañado nuestro balance emocional en algún área de nuestra vida, y si esa área no es restaurada, va a provocar conflictos en la relación matrimonial y familiar.
Hábitos que destruyen el matrimonio
Lamentablemente en todos los matrimonios las parejas llegan cada uno con su «equipaje de malos hábitos» que ofenden y lastiman a nuestro cónyuge y debemos cambiarlos.
¡No me exijas más!
Una actitud exigente y demandante es un modelo de comunicación negativa que va a provocar rebeldía en la persona que recibe la presión, debido a que el sentimiento que percibe es de rechazo.