(Parte 2 Reflexión pastoral sobre el Salmo 23)
“Yo soy el buen Pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” (Juan 10:11) “Jehová es mi Pastor, Nada me faltará.” (Salmo 23:1)
El Cantautor nos dice en su canción: “Dios es verbo no substantivo.” Cuan cierto estaba el cantautor del concepto hebreo cristiano de Dios. Dios se da a conocer por sus acciones, por lo que hace y no por definiciones. No acepta definiciones. Es como decir: “Su Ser es Hacer o, el que interviene.” Es la gran verdad de los cristianos. “Dios es el Verbo encarnado.” Él es la acción de la palabra viva dada en Jesucristo. El pueblo hebreo lo reconoce por la acción libertadora de la tierra de los egipcios. Los cristianos, por la obra redentora en la Cruz del Calvario y la Resurrección de los muertos.

(Photo by: Unplash)
“Yo soy el buen Pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.”
Muchos de los nombres-verbos de Dios son redentores. Esto es así porque el Dios encarnado en Jesucristo los incorpora en la administración de su gracia. Por ejemplo: “Jehovah Raah”< El que pastorea,cuida y protege> “Shalom” <Hacedor de paz>, “Jehovah Ropheka” < El Dios sanador, > “Jehovah Tsidquenu”< Dios de justicia> y “Jehovah Jireh” <El es proveedor > que da lluvia en la sequía, y agua que brota de la roca y alimento del cielo <maná> por la acción de Él.
Cuando hablamos del “Dios proveedor,” pensamos en el pueblo escogido y en el Salmo de David, “Jehová es mi pastor, nada me faltará <Salmo veinte y tres (23)> pero también en toda la cristiandad al ser incluido en el Evangelio de <Juan 10:11> cuando dice: “Yo soy el buen Pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” Y es bueno recordar además lo que dice Jesús: “También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz, y habrá un rebaño, y un pastor.”
Ahora bien, enfocamos esta reflexión en las palabra “Nada nos faltará.” La palabra ,<faltará> viene del hebreo “Chacer” que significa: disminuir, menguar, estar en necesidad o sufrir necesidad. Esta palabra también se traduce en la versión Reina Valera, revisión de 1960, como “pobreza” “empobrecer,” “incompleto.”
Dios cuida a los suyos. Cuando los hijos de Israel andaban por el desierto nada le faltó, pues Dios suplió el alimento. (Éxodo 16:11-18) En un tiempo de sequía Dios proveyó agua y comida para Elías y aun fue enviado a Serepta a casa de una viuda, la cual no teniendo casi nada que comer, pudo compartir con Elías conforme a lo que Dios había ordenado. El aceite no disminuirá “<chacer> Tanto a Elías como a la viuda y su casa nada le faltó. (Reyes 17:1-13)
Uno de los Samos dice: Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta < chacer> a los que le temen.”
Por parte de Dios, El siempre está dispuesto a suplir pues Él se encarga y provee para nosotros, pero de parte nuestra la clave reside en nuestro respeto hacia Dios y buscarle a Él. Mateo 6:33 nos instruye también que debemos buscar el reino de Dios y su justicia y todas las cosas serán añadidas.
“Nada me faltará” No hay duda que David en su madurez, como Rey de su pueblo, estaba haciendo una afirmación atrevida positiva y orgullosa de su dueño. En su vejez y bien experimentado y en sus últimos años de su vida, sin duda se sentía satisfecho de su Dios. Apunta sin duda a un sentirse satisfecho por el cuidado del Buen Pastor que no anhelaba ni desea nada más.
Esta pudiera parecer una afirmación extraña en boca de una persona como David, si pensamos solo en lo que respecta a las necesidades físicas o materiales. Él había sido perseguido y acosado repetidas veces por las fuerzas de un enemigo Saúl, así como por las de su propio hijo rebelde Absalón. Era un hombre que había conocido la privación intensa: la pobreza más extrema, las dificultades más agudas y la angustia.
Por tanto es absurdo afirmar, sobre la base de ese anunciado, que el hijo de Dios, la oveja cuidada del Pastor, nunca experimentada carencia o necesidad.
Es imperioso mantener una visión equilibrada de la vida cristiana. Para ser así es bueno tener en cuenta la vida de hombres como Elías, Juan el Bautista, Nuestro Señor mismo e incluso hombres de fe de la antigüedad como Pablo, el Apóstol y hombres de fe de hoy, como Martin Luther King, para darse cuenta de que todos ellos sufrieron grandes privaciones y adversidades.
Mientras anduvo con nosotros, el mismo Gran Pastor advirtió a sus discípulos antes de partir a la gloria: “En el mundo tendréis aflicción: pero confiad, yo he vencido al mundo.”
Una de las falacias comunes entre los cristianos de hoy es la afirmación de que si un hombre o mujer está prosperando materialmente, esto es señal de las bendiciones de Dios sobre su vida. Pero no necesariamente es así. Mas bien, algo distinto vemos en Apocalipsis (3:17) “Por lo que tú dices: Yo soy rico y me he enriquecido y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” O, de manera similar, Jesús dijo claramente al joven rico que quería hacerse discípulo suyo: “Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres.. y ven sígueme.” (Marcos 10:21).
Basándonos, en la enseñanza bíblica solo podemos concluir que David no se refería a la pobreza material o física cuando hizo este anunciado: “Nada te faltará.” El cristiano en medio de privaciones materiales y física puede sentir orgullo y decir: “Nada me faltará…no careceré de cuidado y dirección experta de mi Pastor. Lo que Dios ha logrado en Cristo Jesús, <Verbo encarnado> es algo mucho más completo. El Apóstol Pablo hablándonos del amor que excede a todo conocimiento dado por el Padre de nuestro Señor Jesucristo nos dice:
“Para que os de, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos por el poder en el hombre interior por Su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cual sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis lleno de toda la plenitud de Dios. Y aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.”(Efesios 3:14-21)
“Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas… Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre…Yo y el Padre uno somos.”(Juan 10:11,29,30)
Deja una respuesta