Estudios demuestran que tomamos casi 10,000 decisiones al día. La mayoría de estas decisiones son triviales, pero otras pueden afectar nuestra calidad de vida y nuestro futuro. Entender cuáles decisiones son importantes y saber cómo tomar buenas decisiones en momentos de crisis es vital para nuestra salud mental y nuestra calidad de vida. Este artículo ofrece 7 estrategias para tomar buenas decisiones.

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Entender cómo decides y cuáles son las categorías de decisiones.
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- Existen varios tipos de decisiones de acuerdo a la esfera en que nos desenvolvemos. A nivel personal las decisiones que tomamos están afectadas por éstos factores comunes:
- Emociones negativas. Las emociones tienen un poder dramático sobre nuestras decisiones. Emociones negativas pueden llevarnos a tomar una mala decisión, solo por salir de una incomodidad. “No me importa si perdí dinero, ya no quise saber nada de eso,” me dijo un paciente, luego de botar la casa por la ventana en un conflicto con socios de negocio. A veces las emociones negativas o el estrés nos impiden ver las implicaciones de nuestra decisión.
- Depender de la “intuición.” En 1999 los fundadores de Google ofrecieron vender su compañía a el líder de search engines en ése momento, Excite, por $1 millón. Pero ellos los rechazaron porque intuían tener la mejor tecnología y no analizaron los algoritmos de Google. Hoy no se escucha mucho de Excite, pero Google está valorada en $ 533 billones y parece omnipresente. Depender solo de intuición nos lleva a ver los factores que confirman nuestra posición y no consideramos alternativas.
- Impulsividad. Esto merece poca explicación. Todos hemos estado allí. Me gusta tal o cual cosa y no considero las consecuencias, sino que tengo que tenerlo ya. Esto también sucede en relaciones, o compromisos adquiridos en el momento.
- Es crítico entender qué estilo uso para llegar a mis decisiones personales. Eso quiere decir que debo saber cómo encontrar la información necesaria, como pasarla por filtros de análisis y cómo procesarla para tomar decisiones personales.
- En cuanto a nuestra esfera de trabajo o negocio, hay tres categorías de decisiones, de acuerdo a David Goldsmith:
- Estratégicas: Asuntos críticos que tienen que ver con la viabilidad del negocio o compañía, y que afectan su manejo y crecimiento.
- Organizacionales: Asuntos relacionados con empleados, equipos, cultura, visión y misión de la organización.
- Operacionales: Asuntos relacionados con los procesos de producción o con el producto final, que involucran entrega, calidad, o desperdicio.
- En relación a éstas categorías hay 3 maneras de decidir: Enfoque en la meta—con un énfasis en los resultados; Enfoque Sistémico—donde el líder toma tiempo para decidir; Enfoque Adaptable—con un énfasis en la resolución pronta de problemas; y Enfoque Indagador—en que se pesan y calculan todas las opciones antes de decidir. Todas son legítimas y complementarias, de acuerdo a las circunstancias.
Entender cuáles decisiones son importantes y saber cómo tomar buenas decisiones es vital para nuestra salud mental.
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- Seleccionar la información. Vivimos en una época en que pasamos 75% de nuestras horas despiertas recibiendo información. Hay límites a lo que podemos procesar. Por eso tenemos que eliminar distracciones cuando estamos decidiendo (emails, llamadas, textos, medios sociales y otras distracciones). Debemos enfocarnos con singularidad en el asunto que vamos a decidir.
- Ver los detalles. Para darnos cuenta de los detalles, debemos analizar la situación o el problema detenidamente. Los detalles revelan patrones y nos permiten ver el cuadro completo, en vez de pensar solo en el problema a corto plazo.
- Buscar información de los expertos y de las personas en el campo. Los expertos no tienen todas las respuestas y a veces se equivocan, pero las personas afectadas por una circunstancia o que están lidiando con la situación de día a día, tienen información vital para informar qué decisión debemos tomar. “Los necios creen que su propio camino es el correcto, pero los sabios prestan atención a otros,” nos recuerda Salomón.
- Ejercitar buen juicio. Esto quiere decir que debemos tomar decisiones sensatas. Cada vez que existe un conflicto entre mis valores y la conducta que requiere mi decisión, debo parar y preguntarme: ¿Cuáles son las consecuencias de hacer lo que estoy pensando? ¿Cómo va afectar a mis seres queridos esta decisión? ¿Qué principios o valores estoy violando con ésta decisión? ¿Quién se está beneficiando de ésta decisión? ¿Qué me está motivando para tomar esta decisión?
- Educarnos. Nada nos impacta tanto como la educación. Para saber qué hacer en nuestra área de funcionamiento, debemos aprender, educarnos, crecer. Si tengo problemas repetidos en un área, quizá es porque no tengo las destrezas, conocimiento o capacidad suficiente. Debo adquirirlas para decidir mejor.
- Aprende de tus errores. El buen juicio viene de la experiencia y la experiencia viene de los errores. Por eso, es vital tener la capacidad de aprender de nuestros errores. La persona que no aprende de sus errores está destinada a repetirlos. En éste sentido, los errores son un buen maestro. Claro que no siempre tienen que ser nuestros propios errores. Se dice que la persona sabia aprende de sus errores, pero la persona más sabia aprende de los errores de los demás. La capacidad de aprendizaje vicario nos permite reconocer patrones de conducta, acciones, o elementos que tenemos que evitar.¿Qué te ayudaría a tomar mejores decisiones ésta semana?
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