¿Qué la deteriora?
• Las grietas del sufrimiento cuando éste no parece tener sentido.
• El amarilleamiento, es decir, cuando se pierden los azules de la inocencia y solo se contempla la amargura del atardecer.
• El sentimiento de los cambios de humor que nos hace explotar, herir y lastimar a los demás.
• El papel familiar con sus secretos, sus pecados escondidos, sus errores repetidos y sus pleitos heredados.
• La acidez de asuntos no resueltos, la falta de perdón y el rencor que se va nutriendo en cada nuevo encuentro.
• La luz y el calor de una sociedad poco tolerante, carente de interés personal y plagada de materialismo.
• La humedad de nuestro orgullo herido, de nuestro egocentrismo mimado y de nuestra vanidad ensalzada.
• El montaje y el armazón de nuestras supersticiones, nuestras creencias infundadas y nuestra espiritualidad hipócrita.
¿Cómo se restaura una vida?
• Se acude al experto. ¿Y quién es el que conoce el cuadro original sino aquel que lo pintó? Busca a Dios.
• Se realiza una radiografía de la vida antes de someterla a tratamiento. Esto revelará la fisura principal: el pecado. Lee la Biblia.
• Se limpia. Si bien en la pintura se usa barniz y en la ropa jabón, una vida no se purifica con líquidos o materiales palpables. La única manera de recibir limpieza es por medio de un cambio espiritual, y esto viene cuando un inocente toma el lugar del culpable. Cree en Cristo.
• Se cambia el marco. Ya no se puede pensar igual. Uno necesita un soporte, un nuevo marco de referencia en el que basar las nuevas decisiones. Crece en tu fe.
• Al final de la restauración, se muestra la auténtica composición de una vida, mostrando así la belleza original que fue teñida por la lejanía entre un alma y su Creador.
• Restaura tu vida hoy. ¿Por qué esperar hasta mañana?
Nota: Cualquier coincidencia con la restauración de una pintura y este artículo es casualidad.
Nota: Cualquier coincidencia con la restauración de una pintura y este artículo es casualidad.
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